POEMA DE LA MAGIA
- Domingo Araya
- 25 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Para mi hija Mónica en su cumpleaños.
Todo es un milagro
Y un enigma.
Vivimos como en un sueño,
Sin darnos cuenta
De la belleza de esa flor,
De esa montaña,
De ese rostro,
De las estrellas,
Hasta que de repente
Despertamos
Y todo se transfigura.
Tú has sido mi maestra
En el aprendizaje
De descubrir la magia del mundo,
De ver más allá,
Lo que está detrás,
Esa poderosa y sagrada energía
Que está en las plantas,
En las piedras,
En los animales,
En los humanos,
En el ser y en la nada.
Tú, hermosa hija,
Me ayudaste a ver la luz que lo inunda todo
Y que puede encenderse en nuestra alma
Que nos envuelve como una ola de amor,
Que palpita en las flores,
En los ríos,
En las aves,
Que vive en cada átomo del universo.
En cada amanecer hay
Un mensaje cifrado
Y en cada atardecer
Algo que hemos ganado,
En cada instante,
La vida y la muerte,
Inventan una historia de amor
Que se repite eternamente.
Hija mía,
Todo lo vivido me ha hecho crecer,
Lo bueno y lo malo,
No reniego de nada,
No acuso a nadie,
Me preparo para salir de la escena,
Con alegría,
Agradecido,
Me llevo todo lo compartido,
Lo afianzado y que jamás se perderá.
Tú, mi guía,
Me has llevado a zonas profundas,
A donde nace la Luz,
A las fuentes,
Allí donde brota el Amor,
Como un manantial dorado,
Puro don,
Creación
Vida,
Y he comprendido que formamos parte de ese flujo,
Que a través de nuestro amor repetimos
El motivo principal del universo,
Que somos uno con el Manantial
Como gotitas de un Arco Iris
Traspasadas por la Luz.
Esta belleza verdadera y buena
De la que somos parte sensible y consciente
Que se renueva constantemente
Necesita de la muerte
Como su gran aliada
Sin ella no sería posible el Amor
Ni la vida misma.
No temamos a la dulce muerte
No la vituperemos
Es la aliada del Amor y de la Vida
Nuestra otra madre.
Tú me has guiado
En la vida
Y quiero que me guíes
También en la muerte
En el reencuentro con los que ya no están
Cerrando el ciclo.
No es nada grave
Es el ciclo natural
En el que todo se recupera
En el instante eterno
Que nos abre al puro espíritu
Sin tiempo ni espacio
Otra vez volvemos a la Luz
Que abarca los eones infinitos.
Cada instante es único y eterno,
Es precioso
Y hay que saborearlo como tal.
No lo dejemos ir
Atrapémoslo
Apropiémonoslo
Nunca volverá el mismo
Volverá otro diferente.
Solo los niños y los ángeles viven así.
El dolor es parte de nuestra existencia,
Hay que aceptarlo y usarlo en nuestro favor,
No debe aplastarnos ni hacernos renegar de la vida,
Podemos incluso transformarlo,
Como una palanca para subir,
Para comprender mejor.
A nadie se le ahorra el sufrimiento,
Para que escalemos hacia el espíritu,
Como el fuego que limpia y templa,
Y nos fortalece.
Nunca dejemos de reír,
De nosotros y de todo,
Quitémonos importancia,
Tomemos distancia,
El horror se retirará
Nos dejará libres de sus garras.
Pero antes del final
Oigamos juntos la jubilosa música del mundo,
La que algunos poetas han expresado para nosotros,
Escucha las trompetas,
Los violines,
La orquesta celestial
Rindiendo homenaje a la Vida,
En la que nosotros también estamos,
Junto a las estrellas lejanas
Todos partes de un Ser viviente
Bello y fuerte,
Alegre y bueno,
Al que nos incorporamos
Vivos y muertos.
Maga hermosa,
No lo olvides,
Tú me has enseñado
El arte de las mutaciones,
A no temer a nada,
Pues estamos en el regazo
De Dios.
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