POEMA DE LA TERNURA
- Domingo Araya
- 28 abr 2020
- 1 Min. de lectura
Para mi hermana Pilar en su 58 cumpleaños.
La edad de la ternura no ha llegado aún
Pero llegará
Tal vez la hubo
En el pasado
Y nos marcó
Para siempre.
Hemos vivido
Y vivimos
En la edad de hierro,
De dureza afilada,
De sufrimiento inútil
De llanto inocente.
Nos hemos hecho fríos
Despiadados
Aguerridos
Hemos pisoteado la ternura.
Quedan algunos vestigios
Del amor perdido
Y es lo que nos salva.
Viven escondidos
Atemorizados
Perseguidos.
Inhóspito es el mundo,
Peligroso,
La locura acecha,
Pendemos de un frágil hilo,
Que la Parca cortará.
La belleza está proscrita,
Perseguida,
Crucificada,
Cremada,
Gaseada,
Asesinada.
Pero renacerá,
Resucitará,
Revivirá,
Pues el amor
Es mortal e inmortal,
Es un genio,
Entre divinos y mortales,
Es lo que une el caosmos,
Los cuatro puntos
Tienen por Centro
Al Amor.
De ahí brota la ternura,
Como el agua del hontanar,
Y es inagotable,
Cristalina,
Nos purifica,
Limpia nuestras manchas,
Da alegría a nuestra alma,
Al Alma del Mundo.
Por eso no es obsceno
Seguir mostrando
La Belleza,
Es necesario hacerlo,
Para que renazca
De las cenizas
Del Holocausto
Y de la locura humana.
La belleza esplende por todas partes,
Y nos dulcifica,
Pero hay que saber verla,
Desde nuestra herida
Incurable.
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